Noelia Núñez Diputada del PP en la Asamblea de Madrid
OPINIÓN

Antónimos

El consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, en la Asamblea de Madrid.
El consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, en la Asamblea de Madrid.
COMUNIDAD DE MADRID
El consejero de Economía, Hacienda y Empleo de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty, en la Asamblea de Madrid.

El día y la noche, el frío y el calor, el amor y el odio, el liberalismo y el socialismo, o los Presupuestos de la Comunidad de Madrid y los Presupuestos de Sánchez son solo algunos ejemplos de antónimos, de aquello que es radicalmente lo contrario. Y qué afortunados somos en Madrid de, precisamente, ser todo lo opuesto a Pedro Sánchez, ya sea en las Cuentas públicas o en la gestión.

Isabel Díaz Ayuso y su Gobierno han presentado unos Presupuestos realistas, sensatos y encaminados a paliar la dura situación económica que el Gobierno de la nación está provocando en las familias y empresas, no solo en nuestra región, sino en todo el país.

Mientras el socialismo dispara el gasto público para hacer su campaña electoral, endeuda a generaciones futuras, sube los impuestos penalizando así a la inversión o hace favores a los que quieren destruir España, la Comunidad de Madrid pone en el centro a la persona, destinando 9 de cada 10 euros a gasto social, siendo la comunidad autónoma con menos deuda de España y compatibilizándolos, además, con más bajadas de impuestos. Un ejemplo de gestión pública, sin necesidad de asfixiar a las personas a base de tributos, sin necesidad de castigar a quienes generan puestos de trabajo y, además, cuidando los servicios públicos para que sean de la máxima calidad, como lo son la sanidad y la educación madrileña.

 El socialismo arruina todo cuanto toca

Y es que cuando uno compara modelos, descubre que no hay color. El socialismo arruina todo cuanto toca, ya sea una ciudad con potencial como es Fuenlabrada, o un país entero como el nuestro, tal y como está ocurriendo ahora. Nos arruinan, nos controlan y luego fingen salvarnos, para así tenernos perpetuamente como rehenes. Para su desgracia, cada vez más gente rompe con las cadenas de la ideología más dañina en una sociedad que anhela ser próspera. Cada vez más personas quieren ser libres, sin imposiciones ni control, cada vez más gente desea vivir sin un presidente del Gobierno que les mienta, carente de empatía y cuya máxima pretensión sea continuar en un cómodo sillón. Y no hay presupuesto que pueda tapar esa realidad. 

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